Sunday, April 27, 2014

Berlín 2014 - Weekend Trip

El pasado fin de semana nos decidimos a ir de viaje a Berlín aprovechando el día de vacaciones que teníamos el lunes, porque era festivo en CZ.

Nos fuimos una portuguesa de Brno, una española de Brno que no conocía y nuestro viejo amigo Ruben que iba desde Zurich a nuestro encuentro. La española ya estaba allí, porque el viaje en teoría no era con ella, sino que ella también decidió ir ese finde y como conocía a Joana pues nos juntamos todos. El caso es que ella llegó el viernes pronto por la mañana mientras Joana y yo llegábamos a las 21 y Ruben sobre las 12. Cada uno a su hora, pero no fue complicado encontrarse.

Nos metimos en un hostal de la calle Kopenicker, muy cerca del muro de Berlín, pero sin saberlo claro. La putada fue que ese finde el hostal estaba llenos de niños que iban a jugar torneos o algo así y nos daban guerra todo el día porque no salían del hostal, se dedicaban a dar voces y a jugar al fútbol en los pasillos.

Viernes

Llegamos muy tarde, sobre las 9 de la noche (después de 8 horas de bus) y el autobús de Student Agency nos dejaba en las afueras de la ciudad, y es que Berlín es grande, y si no conoces nada, se te puede hacer muy largo. Nada mas bajar del bus nos pusimos a reponer fuerzas con algún bocata y Joana con un cigarrillo, jeje. Al acabar, nos dirigimos a la parada de metro que más cerca estaba, de acuerdo con unos papeles que imprimí antes de salir.

Al llegar a la parada una chica nos quiso "hacer la 12-15" vendiéndonos unos tickets muy baratos que parecían verdaderos, pero seguro eran de mentira y un chico nos dijo que no la hiciésemos caso y nos ayudó a coger el metro en la dirección adecuada para poder llegar a nuestro destino. Al final fue más fácil de lo que parecía, pero eso si, tardamos alrededor de 1 hora en llegar desde la primera parada hasta el hostal.

Al llegar nos encontramos a Ester en recepción y no hicimos más que dejar las cosas en la habitación y nos fuimos a cenar algo donde pudiéramos. Teníamos la suerte de que Ester tuvo un novio alemán y ya habían estado por esa zona, aparte que tuvo todo el día para pasear alrededor, y por tanto ella nos llevó a una zona de restaurantes a unos 20 minutos andando de allí hacia el este.

Primera cena, Indonesio y picante, lo que mejor me sienta al estómago, jajaja, pero era eso o Mejicano, o indio (considerando que ese mismo día había comido indio en Brno).
En definitiva nos decidimos por esto mientras llegaba Ruben, porque seguramente tendría hambre. el problema es que no es muy ducho con las calles y se perdió intentando encontrarnos. Al final tuvimos que ir a buscarle y cuando volvimos ya era tarde y le tocó tirar de Kebab turco, porque había cientos.
La noche no daba para mas, así que vuelta al hotel y a dormir.

Sábado

Bueno, dormir dormir, no es que pudiésemos mucho, porque los putos niños nos despertaron a las 6.30 de la mañana dando voces y portazos. Nos levantamos, duchamos y nos fuimos a desayunar a un turco con unos dulces impresionantes.

Como no teníamos planes de ningún tipo, decidimos empezar por el muro famoso que estaba a continuación de donde fuimos a cenar la noche anterior, simplemente había que cruzar un puente muy chulo y ya llegabas.

Y digo ya llegabas porque yo me esperaba otra cosa, algo más protegido o algo así, pero qué va, era un muro en medio de la calle, la lado del río, que la gente seguía pintando sin sentido y poniendo pijadas. En definitiva no es más que lo que veis en la segunda foto de arriba, unos 200 metros de muro y ya.

Seguimos caminando y nos dirigimos a la Alexander Platz, donde se encuentra el mirador más alto de la ciudad, donde se encuentra un reloj astronómico, y alrededor también está el edificio del ayuntamiento y poco más, porque a la torre decidimos que lo intentaríamos al día siguiente.

Seguimos caminando y nos dirigimos a ver la puerta de Brandemburgo, que no aparecía por ningún lado y estábamos algo perdidos. Ester intentaba preguntar en alemán para practicar y la gente le contestaba en inglés, jajaja increíble. Al final la encontramos, y la verdad que estaba en una calle totalmente en obras, y lo que más me dejó loco es que pegada junto a la propia puerta estaba la embajada de Estados Unidos, y al otro lado la de Francia. ESTAMOS LOCOS!!!! osea yo me esperaba una puerta como la de Alcalá de Madrid o El arco del triunfo de Francia, pero qué va, ahí metida en medio de los edificio nuevos del siglo 21.

La puerta daba a un parque enorme, Grober Tiegarten, que fue una de las cosas más impresionantes que vimos, que la ciudad estaba rodeada de verde por todas partes donde poder tirarte, y como hacía buen tiempo ese día pues nos incitaba bastante.

Tras pasar la puerta, y esquivando la feria para niños que había montada, se puede llegar al Reichstag, el parlamento Alemán, totalmente reconstruido tras las 2ª Guerra Mundial que lo dejó casi por completo destruido. Quisimos entrar porque era gratuito, pero precisamente por eso, había una cola de espanto y decidimos verlo el domingo también.
Continuamos nuestro recorrido hacia el norte, bordeando el río y buscando un sitio para comer porque ya eran casi las 3pm y al final intentando salir de la zona turística, nos dimos cuenta que no había nada, así que nos quedamos en un parque con terrazas a comer la comida típica de Berlín.
Yo quise probar algo típico que me recomendaron unos amigos llamado Eisbein, pero resultó ser el mismo codillo que puedes comer en Brno, con lo que no conseguí mucho. Además la verdura que usan es exactamente la misma que siempre quito del plato en Brno porque sabe asquerosa. Pero bueno, no se puede decir que no lo intenté.

La tarde se acababa, se ponía frió y ya no teníamos mucho que hacer, así que nos cogimos el metro y nos volvimos al hotel a descansar, ducharnos y cambiarnos para salir de fiesta por la noche.  Pero de camino, Ester nos guío (aparte de a un Starbucks, jeje) a un sitio llamado Checlpoint Charlie, que es básicamente la única puerta de entrada a la ciudad que había cuando el muro estaba levantado, aunque no queda más que una señal en varios idiomas y un puesto con fotografía que puedes visitar.

No sabíamos muy bien dónde salir, pero buscamos un par de sitios, más alguno que nos dijeron por la calle, y nos decidimos a buscar.

Lo primero la cena, en un italiano-alemán que estaba bastante bueno, todo hay que decirlo, y lo curioso de Berlín es que toda la gente es bastante alternativa/perroflauta/libre/hipster, o como los queráis llamar, pero había gente muy rara, yo diría que casi toda, con lo que nadie miraba mal a nadie y cada uno vestía como quería. El tema era que los edificio y locales también estaban ambientados un poco en esa línea, muy dejados, medio sin construir, sin decorar, sin pintar, etc..otro rollo.

Cuando acabamos nos pusimos a caminar siguiendo las direcciones que encontramos y llegando casi a Praga otra vez, encontramos un local al aire libre al lado del río, que estaba petado y la música era un poco rara, vamos, no era disco, y decidimos no entrar, pero preguntamos a algunos españoles que encontramos allí que nos dijeron otros locales.

No tuvimos suerte y no encontramos ninguno o estaban a varios kilómetros en la otra dirección, así que nos fuimos al hostal, y a descansar que el día había sido largo.

Domingo

Misma historia con los niñatos de los huevos las narices a las 7 am.
Nos levantamos sobre las 8.30 para empezar a ducharnos y principalmente porque Ester se volvía a Brno en el Tren de las 2pm y había que aprovechar.

Lo primero que hicimos fue caminar hacia la torre a la que no subimos ayer, comprar algo para desayunar justo al lado, pero no hubo suerte, porque había 2 horas y media de cola para subir y no estabamos por la labor de perder ese tiempo, así que Ester sugirió ir a ver un monumento al holocausto que había por "algún sitio", y digo esto porque nos perdimos, siguiendo las direcciones de un mapa, nos llevó a un barrio muy a las afueras donde no había otra cosa que casas y decidimos preguntar otra vez. Finalmente alguien nos indicó bien y resultó estar al lado de la puerta de Brandemburgo...vaya tela!!
Tras descansar y tomar un refresco, porque había como 22ºC ese domingo, Ester decidió irse hacia la estación porque no quería tener problemas. Así que nos quedamos Joana, Rubén y yo a comer justo al lado del memorial, y comer, como no, la Currywurst, que no es otra cosa que una salchicha grande con salsa curry. Estaba buena, pero nada especial que no hubiéramos probado en Brno.

Al levantarnos, estos dos vieron un Dunkin Donuts, y como están obsesionados con probarlos, pues hicimos una paradita técnica antes de proseguir al Reichstag.
Al llegar al Reichstag nos tocó hacer la cola de siempre, y era curioso porque había una tele que te iba diciendo cuánta gente quedaba disponible para acceder cada día. Justo antes de llegar a la compra de los tickets, uno de la venta nos dijo si queríamos entrar ya, en ese mismo instante, y nos vino al pelo porque mucha gente delante de nosotros no quería, querían reservar para otro día u hora. Así que nos metimos rápidamente e hicimos el tour completo gratuito con audio-guía y todo. La verdad que es una pasada como lo han reconstruido y además, como es circular y vas ascendiendo de la misma manera, te va contando sobre los edificios de alrededor, quién los construyó, para qué, etc, estuvo genial
Al bajar, descansito en el césped de enfrente y luego comenzamos a caminar por la calle de la puerta de Brandemburgo, la que estaba en obras hacia el norte para ver la universidad y la catedral. No eran gran cosa pero era lo único así antiguo que vimos en todo Berlín, y después de la caminata, otra parada para repostar detrás de la catedral. Tenían que ser cervezas, pero se complicó al ver el menú:
Yes sir, más azúcar para el cuerpo pero que entraba de miedo. Después quisimos hacer una última intentona a la torre pero Joana se quedó un poco acojonada después de subir al Reichstag y ya no subimos, nos fuimos de camino al hostal otra vez, caminando tranquilamente.

Ya poco nos quedaba por ver o hacer, porque al día siguiente Rubén se iba en el avión a Zurich de las 6.30am y nosotros en el bus de las 7.30am. Ducha, descansar y dormir.

Nos despertamos como a las 4am para despedir a Rubén, aunque yo creo que Joana ni se enteró que se había levantado y luego otra vez a las 5.30 para irnos nosotros a coger el bus a las afueras de Berlín.

En resumen, Berlín es una ciudad muy bonita para vivir y buscar trabajo ahora mismo, porque está en pleno crecimiento y reconstrucción, pero como ciudad para visitar la verdad que no tienen absolutamente nada, es bastante pobre en ese sentido, aunque la verdad de todo esto es que los alemanes se avergüenzan un poco de su pasado y pretenden evitar cualquier simbología que lo recuerde.

Por el contrario, no es tan cara como me esperaba, es más barata yo diría que Madrid incluso, todo el mundo habla inglés por la calle, etcétera.

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