Monday, October 14, 2013

La familia es la familia

Esta semana del 7 de octubre, mi familia venía para visitarme en Brno, pero previo a su llegada, se fueron a pasar unos días por Viena, dado que su vuelo tocaba suelo allí, cuestión de dinero, qué le vamos a hacer.

El martes por la mañana espera su llegada sobre las 10.30, hora a la que llegaba el autobús que les cogí para venir, pero como siempre hay imprevistos, mi hermana se despistó pensando que era más tarde y lo perdieron. No pasa nada, 2h más tarde en camino de nuevo dirección estación de Brno.

Yo me encontraba trabajando por esas horas, y desde muy pronto, porque mi idea era comprarles tickets de tranvía, que fueran a dejar las maletas a mi casa y se fueran a visitar la ciudad. La verdad que llegar a mi casa desde mi oficina es fácil, porque tengo el tranvía delante que va directo en solo 2 paradas.

Así lo hicimos, pero como llegaron 2 horas mas tarde, dejaron las maletas y volvieron a buscarme para ir a comer cerca de mi oficina. El restaurante elegido fue el Baroco. Ya eran las 13.50 y en estos lares, el menú desaparece después de la 13.30. Después de comer, hicimos el check-in del hostal y allí les dejé pegándose con la chica del Mitte mientras me volvía a mi oficina.

Después de comer yo seguí trabajando hasta las 17h, aunque fui a trabajar más pronto para salir antes, los marrones de última hora no te los quita nadie, y menos cuando el cliente espera ansioso ese mismo día una entrega de su producto financiero.

Al salir ya era algo tarde y solo nos dio tiempo a visitar un poco la zona centro, el reloj de la plaza de la libertad junto con la feria del vino de esta época, subir al castillo y verlo desde fuera, y a las 20h nos dirigimos a la fábrica de la cerveza Starobrno, donde tenía reservada una cena super cena con comida típica de la ciudad.
Después de la cena, y con la panzada de habernos metido 1kg de Zebra (costillas de cerdo), vegetales, etc etc solo nos quedaba volver a mi apartamento en tranvía, coger las maletas de Noe y Camino e irnos a su hostal para que pudieran dormir a gusto. Julito y yo regresamos a mi casa donde él durmió en mi habitación y yo en la de mi compañero de piso que no estaba por entonces.

Al día siguiente, se repitió la escena, yo trabajando y ellos visitando, comida juntos (esta vez en Ratejna) detrás del teatro principal de Brno. Vuelta a la oficina y aquí me empezaron a llegar defectos que tenía que solucionar y casi casi no puedo coger el bus de Budapest. Salí de la oficina a las 17.10 y el bus salía a y 30...mucho estrés para empezar las vacaciones..no puede ser.

El viaje fue largo pero amenos con tanta película. Llegamos a Budapest sobre las 22.30 y solo tuvimos tiempo de coger el metro y dirigirnos sin parar hacia la parada de Ópera, en pleno centro de Pest. Desde allí andando 10 minutos "e violá", encontramos el hostal. La verdad que estaba bastante nuevo, bien situado, buen precio y gente bastante amable.

Jueves 10

Este día empezó prontito, a las 7.30 ya estaba sonando el despertador de la muerte. Y es que el día iba a ser de traca. Empezamos desayunando en un Starbucks al lado de la Iglesia de San Esteban (Saint Istvan Church), que mas que una iglesia parece una catedral, sobre todo si la comparas con la de Brno, jeje.

De ahí nos fuimos al parlamento a por entradas y yo no sabía que Budapest estaba patas arriba. Había obras en todas las calles, se nota que están inyectando desde Europa dinero a calderos. Cuando encontramos la ventana de los tickets, que se encontraba enfrente del propio parlamento, nos dimos cuenta que estaba petado de gente y que solo había tours en inglés, así que decidimos dejarlo para el día siguiente y nos dirigimos al puente de las cadenas directamente desde allí.

De ahí, subimos al Castillo de Buda, vimos la casa del actual presidente del país, Bastión de los pescadores, Iglesia de San Matías. Después justo en el lomo del propio bastión pudimos ver alguno que otra iglesia de los capuchinos y otra mas. Y sin más tiempo, decidimos coger el tranvía que nos dejaría en la entrada de los baños Geller, para irnos a comer cerca del mercado principal al otro lado del puente de la libertad, en un restaurante el que ya había estado y que daban comida típica del país,"Pesti Sorcsarnon".


Acabamos de comer sobre las 4pm y decidimos que no era el mejor día para subir al monte Geller porque había algo de niebla y no íbamos a ver absolutamente nada, además daban sol para el viernes, así que lo único que hicimos fue visitar el mercado buscando alguna ganga (que no encontramos) y luego seguir caminando hacia el hostal, parando eso si en el museo de arte, el cual solo vimos hasta el hall y poco mas, unas fotos fuera con unos pales de colores y listo, jeje

De camino también nos detuvimos a ver la zona judía, con la sinagoga judía cerca de la parada de metro de Astoria, que no entramos a ver porque cobraban 8€ por persona, sin sentido, así que pasamos. Pero para resarcirnos del paseo, decidí llevar a la familia a un lugar peculiar de esa misma zona, un local llamado Zsimpla, bien conocido por estudiantes y visitantes, pero que te tienen que llevar alguna vez, sino ni te enteras que está ahí. Es un edificio que parece de okupas, que ha sido reconvertido en bar y han ido acumulando todo tipo de enseres y colgándolos por las paredes: bañeras, bicicletas, neveras, sillas, bancos, cuadros...etc, etc... para gustos colores.

Después de esto ya se nos hizo casi de noche y pensamos que era buena idea cenar en un barco por el río, dado que teníamos que celebrar nuestro cumpleaños, y entramos en uno de los muchos que hay cerca de hotel Marriots.

La cena era de bufet y no fue gran cosa, pero tampoco teníamos mucha hambre y fue suficiente, con música a bordo y las vistas de la ciudad desde el río con todo iluminado, una pasada.


La cena duró hora y media, así que sobre las 9pm estabamos listos para dar un paseo y bajar la cena, mientras íbamos de camino al hostal.

Llegamos al hostal andando después de recorrer aproximadamente 20km en todo el día y reventados. Directos a la ducha y después al sobre que nos quedaba otra pechada el Viernes.

Viernes 11

El viernes amanecimos un poco más tarde, sobre las 8.30, dado que sabíamos de antemano que la visita al parlamento empezaba a las 10.30 en español. Fuimos a por los ticket directos, antes incluso de desayunar, a primera hora, y qué rabia, porque solo quedaban 3 tickets para esa hora. Al final tuvimos que coger para las 11.30, lo que suponía tener un desayuno más amplio. De camino cerca del propio parlamento, Noe encontró un local bastante chulo, de estilo hipster con radios antiguas colgadas, etc

Aquí estuvimos casi hasta la hora de entrar, ya que otro rato lo estuvimos en la zona de espera temporal que tenían montada entre tanta obra. Conseguimos entrar a las 11.40 aproximadamente, nos dieron el tour por dentro, explicando los distintos reyes, reinados, y demás historias del lugar. Sólo pudimos acceder a ciertas zonas, como la cámara baja (al ser el edificio simétrico, solo nos enseñaron esta cámara) el hall donde recibían a los presidentes que visitaban, etcétera.

Lo más curioso fue cuando salíamos, porque Julito decidió que era buena idea lanzarse por las escaleras abajo, y tuvo suerte de ser en los últimos 4 escalones, y de que había una alfombra. Al principio fue sorpresa, luego las risas de los 3 fueron grandes, jajaja.

Tras abandonar el parlamento en 45 minutos, decidimos ir a visitar el monte Geller, dado que hacía muy buen día, y era muy temprano para las termas todavía. El paseo era largo, así que decidimos montarnos en un tranvía justo al lado (nº 2) y bajarnos en el puente de la libertad, donde el mercado. Al llegar solo tuvimos que cruzar el puente y empezar a subir montaña arriba.

Estaba bastante bien acondicionado, con escaleras de cemento y demás, pero los pulmones de Noe, Camino y Julito no daban para mucho, especialmente los de este último (sobra la explicación). El caso es que después de parar como 10 veces por medio del bosque, llegamos arriba con una sudada del 15, pero mereció la pena porque las vistas eran impresionantes de toda la ciudad, que por cierto, han sido declaradas de patrimonio de la humanidad por la UNESCO.

Estuvimos un buen rato descansando arriba, recorriendo la ciudadela por fuera (fortaleza creada para la defensa de los Austrias y tiempo después usada por Hitlter - http://www.disfrutabudapest.com/ciudadela). tras esto empezamos a descender, porque eran las 2.30 y todavía teníamos que comer e ir a casa a por las toallas para subir a las termas.

La bajada fue mucho más amena y rápida, al menos nadie parecía quejarse :D. Y como era tarde, en lugar de ponernos a buscar un sitio para comer, decidimos ir a un sitio de comida rápida, y a mi se me ocurrió ir a la zona de Astoria, donde hay varios McDonalds, Burguer King, Pizza Hut, y toda esta recua de sitios. Acabamos en el primero comiendo como cerdos y llevándonos para casa 4 vasitos muy monos que más adelante traerán algún que otro problema.

Tras la comida, derechos al hostal en autobús, toalla, chancletas y a las termas echando leches, porque no sabíamos a qué hora cerraban (y eso que ya he ido 3 veces, qué cabeza!!). Caminamos a la parada de Ópera y directos.....a la última parada, es decir, nos pasamos una. Habíamos conseguido burlar los revisores y habíamos entrado unos cuantos sin ticket, pero como me confundí de parada, tuvimos que volver a entrar y por supuesto, pagar el ticket para un solo viajecito de 10 segundos. Será el Karma.

En los baños qué os voy a contar, lo pasamos en grande, sobre todo Camino que disfrutó como una niña pequeña en la piscina de fuera, la que gira dentro de una espiral empujando a la gente como un parque de atracciones. Yo en teoría no podía bañarme con el nuevo tattoo, pero mira, tener que estar allí, con el rasca que hacía y con el brazo fuera, va a ser que no, así que a disfrutar que son dos días.

Creo que estuvimos 3 horas y media en el agua, estábamos tan arrugados como Marujita Díaz a remojo, pero nos daba igual. A eso de las 8 salimos del agua y nos fuimos a por nuestra última cena en la ciudad. Esta vez decidí que sería mejor ir a un sitio que aunque caro, mereciera la pena, y acabamos yendo al Fridays que estaba cerca del hostal. La cena fue mas cara de lo normal, pero la comida estaba muy buena.



Básicamente cerramos el local, jajaja, sobre las 23.15 nos fuimos derechitos a dormir, porque el día había sido largo, y al día siguiente tocaba madrugar, a las 6.30 nada menos, para poder desayunar algo antes de partir de regreso a nuestros destinos.

Despedida

La despedida no fue como esperaba, y es que llevaba en las manos mi maleta y una bolsa con 4 vasos del McDonalds custodiada desde que me los dieron, la bufanda y un paquete de pañuelos. Cuando nos detuvimos en el metro, en el andén correspondiente, y mientras llegaba el tren yo dejé todo en el suelo. A los pocos minutos llegó y solo se me ocurrió coger la maleta, los vasos ni los vi.

Justo cuando estábamos llegando a la siguiente parada me di cuenta y me vi obligado a bajar corriendo para volver a la estación inicial. Me tuve que despedir a la carrera de ellos porque ellos no podían perder más tiempo por unos tristes vasos y de todas formas, me iba a bajar 7 paradas más adelante mientras ellos seguirían hasta el final.

Regresé y cómo no, los vasos habían volado. Pregunté a unos que había ataviados con trajes del metro y uno me dijo ven dirigiéndose a un mapa. Yo ya pensé, "esto va a ser muy difícil si no entienden inglés". Ahí fue cuando me puse a jugar a las películas, haciendo gestos de vasos y de beber. Fue ahí donde el otro compañero dijo algo en húngaro, me hizo gestos con la mano de "sígueme" y yo le seguí escaleras arriba saliendo del metro. Me metieron en la casetas de las cámaras de vigilancia y una señora antes de enseñarme algo me hizo gestos como intentando pedirme una descripción antes de darme nada. Cuando aceptó, me hizo sacar el pasaporte, rellenar una hoja de entrega y firmarla.

Vaya susto a lo tonto por 4 vasos de m****a. Eso si, del cabreo tiré el ticket a las vías y ya pensaba que me iban hacer pagar otro, y yo sin dinero húngaro para pagar. Se portaron y me pasaron para adentro sin más problema, cogí el metro y desde la parada de Nepliget el Student Agency bus que me dejó en Brno a las 14.30, no sin antes pasar por un control anti drogas al entrar a la Rep. Checa...

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