Tuesday, April 30, 2013

28 de abril de 2013 - Viaje a Polonia (Auschwitz)


Esta parte del viaje es mejor dejarla para el final porque te pone los pelos de punta y te puede dejar con un humor un poco bajo el resto del viaje.

Nunca en mi vida me había sentido tan profundamente asqueado con todo lo que aquí sucedió, y eso que estamos cansados de ver imágenes en televisión de lo que aquí pasó, pero hay que realmente venir y caminar por donde toda esta gente lo hizo y sentir la angustia, ciertos olores y el frío que tuvieron que soportar por buscar una vida mejor para sus familiares y ellos mismos.

El recorrido empieza en Auschwitz, en la localidad de Gmina Oświęcim. Desde allí puedes comprar las entradas para ese campo y el de Auschwitz II - Birkenau, el más grande nunca construido por el asesino con bigote. Te asignan un guía y empieza el recorrido por las calles del campo, con la famosa entrada cuya parte superior aclama "Arbeit Macht Frei" (El trabajo os hará libres).
La verdad que pude hacer miles de fotos del lugar, pero lo cierto es que hay ciertas cosas que es mejor verlas en persona para poder sentirlo realmente, una foto no explica ni una mínima parte de lo que se siente al cruzar esta puerta.

El campo está montado en forma de museo, de modo que te van metiendo por barracones en los cuales se exponen diferente fotos de la época, de los arrestados, de niños famélicos y situaciones espantosas. Además, en varias salas se pueden ver apilados millones de zapatos originales, vajillas, gafas, piezas ortopédicas y lo más escalofriante, 2 toneladas de pelo de mujer real, conservado desde la época. No sé si sois conocedores de que ese pelo, lo utilizaban para hacer telas y ropa que luego se vendía en el resto del país, como digo escalofriante. La sensación de tener el pelo de la gente que ahí pereció delante de ti  cual cola de lagartija que se mueve al ser arrancada del cuerpo, y sobre todo ver la cara de la gente al pasar y ver el horror de esa habitación. No me atreví a sacar fotos, me parecía demasiado fuerte.


Después nos dirigieron hacia las cárceles donde mal morían muchos de los presos de guerra rusos, y nos enseñaron unas celdas de aproximadamente 1 m2 donde tenían que dormir 4 personas, y al día siguiente después de no haber descansado en absoluto, trabajar 11 horas forzados, vejados y hambrientos. Lo máximo que duraban en estas celdas eran del orden de 2 a 3 días. También pudimos observar un patio lateral donde se les colgaba o fusilaba al antojo del Reich.

Después de este mal rato, imaginándonos cómo vivían y sobre todo morían allí dentro, nos dirigieron al la cámara de gas y crematorio de Auschwitz I, sin palabras.

Contaba la guía, que los judíos llegaban allí con la idea de una vida nueva, de que iban a trabajar y encontrar un nuevo destino. Con esas premisas, se dirigían a las duchas, donde les decían que era para desinfectarles y que, sobre todo, se acordasen del número de taquilla donde dejaban la ropa, porque después de la ducha tendrían que recogerla.


Una vez dentro, se cerraban las puertas y....el resto es de imaginar...para más reseñas de esto, os dejo un enlace un tanto explicativo de Zyklon-B usado en estos casos (http://es.wikipedia.org/wiki/Zyklon_B). Cuentan en algunas webs que para aislar el ruido de los gritos, mantenían siempre varios motores 24h encendidos que disimulaban los llantos de los que allí dentro perecían, y aún así se les oía. Esta fue la parte que más me impactó, la zona de las duchas con los agujeros en el techo donde introducían el gas, y los crematorios enormes, donde habían metido miles y miles de personas para ser convertidas a cenizas.

Por supuesto, la ropa era empaquetada y revendida en Alemania como si nada hubiese pasado.

La segunda parte de este impresionante holocausto tuvo lugar en Auschwitz II - Birkenau, a unos 10 minutos en autobús, cuya entrada hemos visto millones de veces con esa entrada para el ferrocarril.
Este fue el campo de concentración más grande que nunca se construyó, y la pena es que los malditos alemanes destruyeron sus crematorios justo antes de ser capturados para evitar que el mundo supiera lo que allí pasaba.

Había dos tipos de barracones, los de ladrillo y los de madera. Los presos siempre preferían los de madera porque estaban hechos para los caballos de los soldados alemanes, es decir, que vivian mejor sus caballos que los presos, de vergüenza. Donde había espacio para 54 caballos, obligaban a entrar a 400 presos. Con unos baños compuestos de agujeros en el suelo, tenían que hacer sus necesidades en grupos de 200, y una cosa muy curiosa era que se sentaban, y el general de turno contaba 5 con los dedos y se tenían que levantar para dejar paso a los siguientes 200 (muy pero que muy inhumano y perverso). La gente no se duchaba nunca y las condiciones de vida eran atroces, sobre todo en verano, rodeados de ratas y sin ningún tipo de alimentación. Se supone que debían ingerir 1700Kcal al día y la realidad era que no comían absolutamente nada mientras eran obligados a trabajos forzados durante 11 horas diarias. La media de vida era de 2 a 3 meses.

Al llegar los trenes, había un comandante que en pocos segundos y con un solo dedo, decidía quién era apto para trabajar y quien era para morir en las duchas. Muchos de ellos llegaban exhaustos, después de 11 días de travesía en trenes sin ventilación, ni comida, ni agua y haciendo sus propias necesidades en el mismo vagón....el camino a las duchas duraba 10 minutos caminando, para conseguir un final que muchos ni siquiera esperaban.

Por supuesto, embarazadas y niños a la cámara de gas directamente. A las mujeres se les cortaba el pelo y a los niños se les mataba por el simple hecho de que al vivir con esa ira dentro, de mayores podrían revelarse contra los nazis..madre mía que panda de impresentables.

La verdad que por mucho que se cuente, nunca se sabrá realmente todo lo malo que pasó allí, y del doctor Josef Mengele poco se dijo, puede que para no herir sensibilidades, porque lo que hizo ese HdP con los niños y mujeres no tiene nombre. Solo nos dijeron que algún país de sur-américa le ocultó cuando se acabó el nacismo para que nadie le encontrase...

Cuando la guerra acabó, muchos de los prisioneros ni siquiera se dieron cuenta, y cuando lo hicieron, todavía tuvieron que caminar en pleno invierno a la población más cercana....

Referencias:
https://en.wikipedia.org/wiki/Josef_Mengele

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