Para cerrar el ciclo de viajes desde la República Checa, coincidiendo con el día festivo del 1 de Mayo aquí, y en viernes, cogí un avión y me fui a ver a mi amiga Anabela a Friburgo, al suroeste de Alemania.
No era la primera vez que iba a Alemania, pero si la primera al sur, donde dicen que la gente es algo más amable ya que reciben más horas de sol al año :D.
Viernes
El viaje no fue fácil, autobús a Praga saliendo a las 8am de Brno y lloviendo. llegar a Florenc y tener que esperar mas de una hora a que saliese el siguiente bus al aeropuerto. Casi no tuve que esperar, ya que llegué, facturé la maleta y acto seguido casi de entrar en la zona de seguridad así salió el vuelo.
Lo mejor de todo fue que me toco en primera fila del avión, con lo que entré de los primeros y salí de los primeros también, no hubo que esperar mucho, la verdad.
Al llegar a Basilea, estaba lloviendo también, como no, pero bueno, salí del aeropuerto y fue un poco raro porque tienen diferentes salidas, una para Francia/Alemania y otra para suiza, algo muy raro, porque al final es todo lo mismo... Al salir tuve que montar en el bus 50 dirección estación de tren SBB de Basilea (4.20 €).
Una vez en la estación, tenía la opción de comprar el billete de tren a Friburgo directamente, o tomar un tren a la otra estación de tren de Basilea (zona alemana), y desde ahí comprar el otro billete de tren. Como es de esperar, elegí la opción 2, mucho más barata, como 15€ más barata, jajaj.. ya se empezaban a notar los sueldos suizos :P
El trayecto entre estaciones tenía entendido que era de 10 minutos, pero no llegué ni a sentarme y ya habíamos llegado. Una vez allí, tiempo para comer el bocata, usar la wifi y sobre todo preguntar a mi amiga dónde leches me tenía que bajar en Friburgo, porque al comprar el ticket, te aparecían como 15 opciones:
Sin esperar mucho, unos 10 minutos, salió el tren y en menos de 1 hora estaba ya en la estación de tren de Friburgo, donde me vino a recoger mi amiga, sobre las 4.30pm.
Había pasado 2 años desde la última vez que nos vimos, pero la verdad que es muy buena gente, y enseguida nos pusimos al día de la ciudad y demás. Nos fuimos a su casa, al sur de la ciudad, me duché y acto seguido nos fuimos a cenar a un restaurante turco, quién me lo iba a decir a mi !! jaja
Esa noche ya no dio para más, yo estaba reventado del viaje y se me cerraban los ojos, así que de vuelta a casa de Anabela y a dormir. Por cierto, poco acostumbrado a los euros, la cena fue de unos 17.5€, algo caro para CZ, pero bueno, la vida fuera de aquí es así.
Sábado
Dada la cercanía con la frontera francesa, el primer viaje a primera hora de la mañana fue a Estrasburgo, una de las sedes del Parlamento Europeo.
Para llegar allí, nos fuimos caminando a la estación de tren/tranvía/bus y nos montamos en un tren que nos dejaría en la frontera entre los 2 países. Una vez allí, nos subimos en otro que nos dejaría ya en suelo francés
Yo me esperaba una ciudad algo más grande, ya que he oído hablar de esta ciudad muchísimo en la tele y por parte de amigos que hicieron allí el Erasmus. Lo más importante para ver es el centro ciudad (como en todas partes creo yo) y esta tenía su encanto porque tenía unos canales a modo de Venecia que estaban muy bonitos, los llaman "Little France":
El centro estaba lleno de gente, muchísima, especialmente porque era periodo de bodas y comuniones y había varias por el centro haciéndose fotos. Lo que más me gustó aparte de esta pequeña Francia, fueron las callejuelas llenas de flores, de colores, de chocolaterías a cada puerta que pasabas, era una pasada.
Decidimos ir también a ver el Parlamento y coincidió que era día de puertas abiertas, pero había una cola enorme y no teníamos tanto tiempo, así que nos dimos la vuelta y nos fuimos a tomar un café tranquilamente a la plaza de la catedral.
La verdad es que se nos fue el tiempo, porque medimos más la distancia a la estación de trenes y acabamos corriendo para poder subirnos al tren de vuelta a casa. No era el último, pero es siguiente salía en una hora y media, y ya no nos quedaba nada que ver allí, aparte que el viaje de vuelta era de dos horas y media.
Noche de cena en casa, estábamos acabados completamente, ducha, y a dormir tranquilamente, que al día siguiente había que madrugar otra vez.
Domingo
El domingo, el día no amaneció muy bueno que digamos, aunque se veían las montañas mejor que en días anteriores. Eso es lo bueno de Friburgo, que coges un tren y en menos de 30 minutos estas en plena Selva Negra en lo alto de una montaña con un lago, es una pasada, aunque no pudimos hacer fotos, ya que no dejaba de llover, simplemente nos metimos en un café que me recomendó mi amiga y desayunamos (por segunda vez) unos trozos de tarta típica de la zona.
Fue una pena porque no pudimos hacer nada más, tuvimos que esperar al siguiente tren en sentido contrario y volver a Friburgo. Llegamos sobre las 5 o 6 de la tarde y ya no nos apeteció hacer nada más, porque el lago era para todo ese día, así que nos quedamos en casa, cocinamos la cena y nos vimos una película tranquilamente antes de ir a descansar.
Eso sí, cruzamos los dedos para que al día siguiente nos dejase disfrutar un poco de Constance.
Lunes
El día tampoco era nada del otro mundo, es más creo recordar que había llovido también durante toda la noche, el río estaba prácticamente desbordado y amenazaba con llover de nuevo. Esta vez el destino era Konstanz, al este de Friburgo.
Tuvimos que coger un autobús en la estación de trenes que nos hizo casi la misma ruta que el día anterior para subir en tren al lago, pero por autovía, pero esta vez fuimos más lejos, bastante más, como dos horas de autobús.
Al llegar a Konstanz, lo primero que ves desde la estación de autobuses es esta puerta de entrada a la ciudad que data del siglo 15/16. La ciudad era muy bonita a primera vista, pero cómo no, estaba lloviendo un poco. Aprovechamos para desayunar en el centro antes de proseguir la marcha.
Como teníamos un mapa, nos fuimos recorriendo la ciudad punto por punto. algunas cosas no existían o simplemente como en el caso de una iglesia de hace muchos siglos, hoy en día era un "Club", jajaja
A mi me gustó bastante, con el lago al lado, dos catedrales, el patio del ayuntamiento, las estatuas, las calles empedradas..
Me pareció muy bonita y además me dí cuenta que al estar justo en la frontera con Suiza, a eso de las 5pm, las carreteras se empezaron a llenar de coches con matrícula suiza que volvían de trabajar seguramente (no saben nada estos suizos de impuesto, jeja).
También tuvimos la oportunidad de subir a la torre de la catedral más grande, donde no había ningún tipo de seguridad, acostumbrados a ver en España gente controlandolo todo. Las vistas eran una pasada, una lástima que estuviera nublado.
Si no estuvieran las nubes, se podrían ver los Alpes Suizos desde aquí mismo, de hecho, desde abajo del lago por la tarde, cuando las nubes subieron un poco, se pudo ver la silueta de las mismas, llenas de nieve todavía.
Al final comimos en un italiano, seguimos recorriendo las calles, compramos algo para hacer la cena y entre tanto nos llegó la hora de regresar a Friburgo. Al llegar a casa, lo mismo del día anterior, preparar cena, ducha y película tranquilamente...
Cabe decir, que el lunes mi amiga "se puso mala" para venir conmigo a Konstanz, pero el martes ya no tuvo tanta suerte.
Martes
Dado que Anabela estaba trabajando, yo intenté volver al lago por mi cuenta porque se suponía iba a hacer sol allá arriba.
Simplemente preparé la maleta, me dejó unas llaves de su casa y el bono de transporte mientras se iba a trabajar. La putada, es que según mi amiga, en Alemania se ponen de huelga muy a menudo, y este día era uno de ellos y nosotros no nos dimos cuenta, así que estuve esperando como un tonto en la estación al tren que nunca llegó.
Por miedo a quedarme estancado en la montaña y no encontrar cómo volver y perder mi vuelo, decidí darme una última vuelta por la zona y visitar una iglesia más.
Fue entrar y empezar a llover, jaja, así que cuando acabé de verla, que no era gran cosa, me subí al tram y me fui a casa de mi amiga a descansar hasta la hora de tomar el tren.
Le dejé las llaves en el buzón, cogí mis maletas y quedamos para comer en el centro, al lado de la catedral.
Típica salchicha con curri y la normal en bocata para cerrar un viaje impresionante por la Selva Negra alemana. Ví muchas cosas y aprendí muchas más, sobre todo que Friburgo se considera la ciudad más verde de Alemania en cuanto a naturaleza y a control de reciclaje, donde son casi casi unos freaks-obsesivos. De hecho, a mi amiga le recriminaron que la basura orgánica que había tirado, no era en una bolsa biodegradable...
Otras cosas que aprendí fueron que:
- No se puede hacer ruido después de las 10pm, esto incluye tirar de la cadena del váter o usar la campana extractora para cocinar.
- Las saunas son obligatoriamente para entrar desnudo, aunque sean mixtas, lo que hace las conversaciones un pelín incómodas :P
- Descargar películas en Alemania se pena con multas de 1000€ o más, aparte de tener un Internet bastante caro y que va fatal.
- Muchísima gente utiliza la bicicleta como medio de transporte, pero muchísima. Me quedé loco con tanta gente, y además, si no respetas el carril bici, se ponen muy agresivos.
- El bono transporte no es nominal, es decir, se puede compartir, y los fines de semana permiten a otra persona viajar contigo gratis. Esto también se aplica para trenes que salen de la ciudad
